Una decisión importante para su espalda. Y más adelante para su imagen de sí mismo. Si el alza es necesaria y va por fuera del zapato… eso se ve.
Casi todos sabéis que no estamos hechos perfectamente simétricos. Tenemos nuestro lado bueno para las fotos, y nos probamos siempre los zapatos nuevos en el pie “largo”. De hecho, los que han estudiado esta “simetría” han comprobado que un tercio de la población tenemos diferencias entre 0,5 y 1,5 cm asintomáticas. Insisto en la última palabra (asintomáticas), son diferencias de las que nadie se había dado cuenta hasta no haber sido medido en el estudio. Diferencias de menos de 0,5 cm ni las consideramos.
¿Y por qué no se notan esas diferencias? Por que tenemos mecanismos para compensarlas. Hay una columna que se curva un poco, una cadera que bascula, una rodilla que se flexiona una gota más o un tobillo que va una gota de puntillas. Y cuanto más alto el niño, más fácil compensar. Es decir, una diferencia de 1 cm es menos diferencia para alguien que mide 1,8 metros que para alguien que mide 1,2 metros.
¿Dónde empieza el problema? La diferencia de longitud aumenta el consumo de oxígeno en la marcha, es decir, somos menos eficientes. Y según aumenta la magnitud de la diferencia así aumenta nuestra dificultad para caminar. Y si la compensación es excesiva nos veremos con las consecuencias del sobreuso de esos mecanismos compensadores. El más claro, y que los padres tenéis en la cabeza cuando consultáis por esto, es la espalda. Diferencias de más de dos centímetros hacen a la espalda compensar mucho. Tanto trabajo de más pasa factura más adelante. Midieron a una población de militares y compararon con el registro de consultas a la enfermería por el motivo “lumbalgia”. A partir de 2cm claramente tenían más problemas.
Y como no todos “compensan” igual, en la consulta debo ver cómo lo hace tu hijo. Si la diferencia la compensa en la espalda puede causarle escoliosis más adelante. Si esa compensación flexible se vuelve estructurada de tanto usarla creamos un problema a otro nivel. Entonces te pediré que le pongas un alza. Más abajo te explico de cuánto.
Para medir la diferencia tienes que saber que esa diferencia puede estar en las piernas o en los pies (algún caso especial en la pelvis también). Punto uno, pon al niño de pie. Tumbado solo vas a ver las diferencias grandes, una sutil no la vas a ver. O peor, tumbado verás como distintas piernas que son iguales.
Así que para medirlo, lo normal es ver cómo está la pelvis de “nivelada”. Nivelada significa que esté la pelvis horizontal, si apoyas un dedo sobre las crestas ilíacas a cada lado la pelvis, debes verlo a la misma altura. Yo ya me conozco y sé que mi “sensibilidad” para verlo es de 0,5 -1 cm. Aunque si valoro a un niño gordito no lo veo tan claro porque la pelvis queda “escondida”. Bueno, la mejor manera es con radiología, pero al igual que os comenté en el post de “torsión tibial interna”, eso supone radiación. No es la primera elección.
Hace años, en una formación que hice en Génova, vi al Jefe de Servicio con la cinta métrica en el bolsillo. Nada más simple. Igual que te miden para hacer un traje a medida. Desde entonces os mido así. Cinta métrica. Y con un poco de sistemática he logrado cuadrar las medidas que hago con la cinta métrica con las de la radiografía. Es una manera simple y barata (barata en radiación, que es el objetivo) de seguir una dismetría.
Pero no tenemos que quedarnos en obtener una medida. Hay que decirles a los padres cómo va a ser esa medida dentro de unos años cuando el niño sea adulto. Porque en el fondo, lo que queremos es que de mayores no tengan problemas por la diferencia entre las piernas. En la consulta te debo decir, por ejemplo, ahora tu hijo tiene una diferencia de 1,2 cm que evolucionará a 1,8 en su madurez esquelética.
Después de todas estas consideraciones, estamos en condiciones de decidir si el niño necesita un alza. Y si la necesita, si la ponemos por dentro del zapato o por fuera. Dentro del zapato no cabe mucho más allá de 0,8 cm en la parte posterior y 0,4 en la parte anterior. Si es más alta la plantilla te saca el pie del zapato o te aplasta los dedos contra el dorso del zapato. Mira bien que la plantilla sea un tanto rígida, si es blanda los 0,8 cm con 30 kg encima pueden cundir como 0,3 cm. Por eso diferencias a corregir mayores de 1cm no caben dentro del zapato y combinaremos alza por fuera del zapato con plantilla por dentro. Todo por fuera no es mala opción y así te quitas el lío de la plantilla.
Por favor, lee “trucos para hacer un alza” antes de ir al zapatero o a la ortopedia.