Es que quedó mal porque no hizo la rehabilitación…not very true with kids.
El proceso de recuperarse tras una lesión está ahí, evidentemente tras la lesión, y tiene un período ventana “mágico” en las semanas-meses inmediatas tras la lesión. Pero no hay “lentejas para todos”. Cada lesión tiene sus peculiaridades y cada paciente también.
Las fracturas de antebrazo y de muñeca en los niños, en general, recuperan muy bien. Pero potencialmente pueden afectar al movimiento de prono-supinación, es decir, a poner la palma arriba o la palma abajo (el movimiento de girar una llave en la cerradura). La materia prima es excelente, los huesos de los niños curan muy bien y las ganas de recuperarse son extraordinarias. He visto muchos niños con lesiones importantes o más bien secuelas importantes para un adulto pero que ellos hacen vida normal y nadie nota nada raro.
Hay dos cosas que trabajar en la rehabilitación del antebrazo y muñeca: la movilidad y la fuerza. Primero la movilidad, luego nos centraremos en la fuerza. Si no trabajamos primero la movilidad puede que se vaya “oxidando” el extremo del rango articular (que por otra parte, es probable que no se use en la vida normal). Así que a recuperar el rango articular para empezar. La fuerza ya irá volviendo (puede llegar a tardar 4 semanas por cada semana de parón).
Para el rango articular os propongo el siguiente ejercicio: ponle un cuenco con agua y otro vacío al lado. Dale al niño una balleta o una esponja. El juego (porque debe ser un juego o no va a funcionar) consiste en pasar el agua de un cuenco a otro al mojar la esponja y escurrir el agua en el otro cuenco. Estás pensando que se parece a la pelota antiestrés, pero tiene dos cosas mejores esto: hay feedback (el niño ve que si hace fuerza sale agua) y hay objetivo final (pasar el agua al otro cuenco, se acabará el juego cuando lo logre). En realidad hay una tercera cosa buena de este ejercio y es que no sólo se hace apretando la esponja (trabajas la musculatura de flexión de los dedos) sino estrujando y desestrujando la esponja o balleta con las dos manos (así trabajas pronación y supinación).
Haz con tu hijo ese ejercicio una o dos veces al día. No le canses, si no le gusta se acabó la rehabilitación. Ponle el primer día dos dedos de agua para pasar, para que le resulte fácil. Ya le aumentaremos el ejercicio cuando con poco lo haga bien. Si logras hacerlo a diario los primeros 5-7 días ya tenéis mérito, seguro que ya van las cosas bien. A partir de aquí, su propia vida normal estimula ya de sobra la movilidad y la fuerza.
Lo normal es que al mes de haber quitado la escayola ya estén al 90-100% de su rango articular. Si no es así, habla con tu traumatólogo infantil, puede ser que la fractura no esté bien alineada, que el callo de haber pegado la fractura sea muy grueso y estorbe para una movilidad correcta,… te diremos si es cuestión de esperar, de contar con un fisioterapeuta, de aceptar una secuela o pelear para no tenerla.